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¿Es el zinc un supernutriente?

El zinc es el 23º elemento más abundante en la Tierra y es esencial para el cuerpo humano.

Zinc

Este mineral está presente en todo nuestro cuerpo. Es esencial para funciones de gran importancia como la digestión, la reproducción y el crecimiento. El zinc está relacionado con el rendimiento de diversos sistemas del organismo. La lista de beneficios que se le atribuyen es extensa y, en ocasiones, ambiciosa: ¿puede el zinc realmente combatir las infecciones y cicatrizar las heridas?.

Se encuentra en cada célula

El zinc está presente en todas las células animales y vegetales. Este componente es necesario para la síntesis del ADN (material genético) y la regeneración de los tejidos, razón por la que es un elemento clave para un crecimiento y desarrollo apropiados durante la infancia. El zinc es un componente esencial de más de cien enzimas que participan en la digestión y el aprovechamiento de las grasas, las proteínas y los hidratos de carbono, y está estrechamente relacionado con la producción de energía. Además, el zinc fortalece el sistema inmunológico y, por este motivo, su potencial para combatir las infecciones y cicatrizar las heridas ha suscitado un interés considerable.

El zinc en el cerebro

En el cerebro, el zinc se almacena en determinadas vesículas sinápticas mediante neuronas glutamatérgicas y puede “modular la excitabilidad del cerebro”. Desempeña un papel clave en la plasticidad sináptica y por lo tanto en el aprendizaje. Sin embargo, ha sido llamado el “caballo oscuro del cerebro” (“the brain’s dark horse”) ya que también puede comportarse como una neurotoxina, lo que sugiere que la adecuada homeostasis del zinc desempeña un papel fundamental en el funcionamiento normal del cerebro y del sistema nervioso central.

¿Una cura para combatir las infecciones?

El zinc es necesario para el desarrollo de los linfocitos T, glóbulos blancos que atacan a los virus y las bacterias perjudiciales para nuestro organismo, contribuyendo a combatir las infecciones. Según algunos estudios, los niños desnutridos con bajos niveles de zinc que toman suplementos de este elemento experimentan un aumento en el número de linfocitos T y una reducción de la gravedad y duración de sus infecciones. A partir de este resultado, se ha realizado una serie de investigaciones durante varios años con el fin de averiguar si los tratamientos con zinc, como las pastillas y los aerosoles nasales, son una terapia alternativa eficaz contra el resfriado. En un análisis reciente de cuatro estudios exhaustivos y bien diseñados, no se halló ningún efecto terapéutico en las pastillas o geles nasales de zinc.

Cicatrización de heridas

Los suplementos de zinc resultan útiles en el tratamiento de problemas cutáneos como las úlceras en las piernas, pero sólo en aquellas personas cuyos niveles iniciales de zinc son bajos. Las pomadas a base de zinc aplicadas directamente sobre la herida resultan más eficaces que los suplementos a la hora de reducir la infección y estimular la cicatrización. Actualmente, el zinc es un elemento muy común en las cremas para el acné y en los champúes para las afecciones del cuero cabelludo por sus propiedades cicatrizantes.

El zinc en la alimentación

El zinc está presente en una gran variedad de alimentos, por lo que es probable que una alimentación variada proporcione un consumo de zinc adecuado. Éste es de unos 7 mg diarios para las mujeres y 9 mg para los hombres. Sin embargo, dado que la carne roja es una de las mejores fuentes de zinc y que los fitatos que se encuentran en los alimentos vegetales reducen la absorción de zinc, los vegetarianos deben asegurarse de incluir en su dieta diaria alimentos tales como productos lácteos, huevos, cereales integrales, frutos secos y legumbres. Tanto las mujeres embarazadas como las lactantes deben tomar 2 mg adicionales al día para asegurar un aporte adecuado para el bebé, aunque el exceso de alimentos que consumen ya garantiza esta cantidad.

Dosis excesivas

El consumo accidental de dosis de más de 200 mg de zinc es muy peligroso y provoca náuseas y vómitos, mientras que un consumo prolongado de suplementos puede interferir con la absorción del cobre y el hierro. Esto se debe a que el cobre, el hierro y el zinc compiten por utilizar la misma vía para pasar del intestino al torrente sanguíneo, por lo que el consumo excesivo de un mineral afectará a la absorción de los demás.

Consumo óptimo

En Europa, la mayoría de la población consume unos niveles adecuados de zinc gracias a una alimentación equilibrada y no suele ser necesario tomar suplementos. Los síntomas explícitos de la falta de zinc, como un crecimiento infantil deficiente, la impotencia y las lesiones cutáneas, son poco comunes, pero si existe la mínima sospecha de una carencia de zinc es muy importante buscar asesoramiento médico. Por regla general, una dieta equilibrada basta para proporcionar todos los nutrientes necesarios, y los suplementos sólo son útiles si no se obtienen suficientes nutrientes a través de la alimentación (por ejemplo, en caso de consumo calórico inadecuado, alcoholismo o enfermedades digestivas).

 

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