Los proyectos mineros sustentables tienen la capacidad de sostener economías regionales y provinciales, y destinan sus producciones a múltiples industrias, desde la agropecuaria con fertilizantes minerales, hasta la medicina con metales y minerales necesarios para mejorar la salud.
En promedio, esta actividad aporta al país un 6% del Producto Bruto Interno, además de generar miles de puestos de trabajo, con proyectos que tienen una viabilidad superior a los 30 años.
El aporte que la minería sustentable realiza a las comunidades y provincias, con trabajo directo e indirecto, está demostrado en numerosos lugares del país. La realidad es que la minería es eje de desarrollo, porque apuntala también otras economías; la minería moderna, sustentable, la que usa en forma controlada el recurso hídrico y no lo derrocha, genera fuentes de trabajo que todos los meses aporta dinero circulante que sostiene a su vez a otras actividades económicas.
La minería es la madre de las industrias porque es el primer eslabón del que se genera todo, desde las máquinas que siembran y cosechan el campo, hasta la medicina que se nutre de muchos metales y minerales para mejorar nuestra vida. La minería sustentable ha demostrado no sólo que no perjudica la agricultura sino que además, llega a ella con fertilizantes minerales tan claves como el potasio o el sulfato de calcio. La minería sustentable o no contaminante no derrocha el agua, la usa de manera controlada y en muchos casos también la recicla.
Las inversiones mineras son millonarias y los proyectos tienen larga vida, generalmente superior a los 30 años. Cabe recordar que en 1996 la actividad minera generaba en promedio en toda la Argentina un 0,4% del PBI, y hoy supera el 6%. No en vano la minería es clave en nuestro desarrollo.
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