Minería

Las perspectivas petroleras son mejores que las mineras

Por Favio Casarin, titular de la Asociación que reúne a los profesionales del petróleo y la minería

Se viene un 2015 con fuertes inversiones en el upstream y en el dowstream, según las proyecciones del especialista Favio Casarin, quien compara el favorable clima que presenta el negocio hidrocarburífero local con el oscuro panorama ofrecido por la actividad minera.

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Con la mira puesta en 2015, considera que el balance de esta temporada para la industria del petróleo es positivo. “Más allá de que se pueda coincidir o no con el vigente marco político, lo cierto es que el sector ha mostrado movimiento y ha promovido perspectivas promisorias. En esa dirección, debe resaltarse que la explotación de los recursos hidrocarburíferos no convencionales de la formación Vaca Muerta ya representa un hecho concreto, a partir del cual YPF ha aumentado su producción”, señala Favio Casarin, titular de la Asociación de Profesionales de las Industrias del Petróleo y de la Minería de la Argentina (APPMA), en diálogo con Revista Petroquímica, Petróleo, Gas, Química & Energía.
Por otro lado, añade, se han introducido modificaciones normativas dignas de interés. “Si bien resulta polémica en algunos de sus aspectos (los cuales bien pueden corregirse), la nueva Ley de Hidrocarburos constituye un nuevo marco que genera muchas expectativas”, asegura el especialista, quien se desempeña como director en Carranza Torres & Asociados.
Distinto es el escenario, a su entender, que presenta la actividad minera. “Dicha industria sigue anquilosada. Al contrario del sector petrolero, se muestra inerte, sin iniciativa y carente de ingenio”, sentencia.
En su opinión, las provincias que actualmente prohíben la minería a gran escala –“un tercio del total de jurisdicciones provinciales con potencial minero, lo cual es una barbaridad”, apunta– continúan manteniendo sus posiciones anticonstitucionales y a contramano del desarrollo. “A diferencia de lo que ocurre en otros países de la región, en los que la actividad minera ha crecido y recibido fuertes inversiones, en la Argentina el rubro se encuentra en franco retroceso”, se lamenta.
A su criterio, lo que hace falta para revertir dicha tendencia es un mayor respaldo político en la materia. “Nada se ha hecho, desde ese ámbito, a fin de solucionar una crisis que ya se avizoraba en 2012, que estalló con intensidad en 2013 y que se prolongó en el transcurso de este año”, advierte.

Proyecciones opuestas

A grandes rasgos, Casarin juzga que las perspectivas suscitadas por la industria petrolera argentina para el corto plazo son francamente alentadoras. “Durante 2015, seguramente habrá fuertes inversiones tanto en el upstream como en el dowstream”, vaticina.
Según sus estimaciones, el nuevo marco jurídico suscita una creciente confianza entre los inversores, y con los recursos existentes está todo dado para vaticinar un repunte sectorial. “Hay motivos de sobra para imaginar un año de fuerte movimiento dentro del segmento hidrocarburífero”, recalca.
En cuanto a la industria minera, en cambio, cree que será necesario un fuerte golpe de timón que permita sacar a la actividad del letargo en el que hoy se encuentra, realidad que desde hace un tiempo viene postergando sobremanera la llegada de nuevos anuncios de inversión. “A priori, no se avizora nada de eso en el horizonte cercano. Y supongo que para ello habrá que esperar que se produzca el próximo recambio de autoridades políticas y que los nuevos gobernantes doten de un mayor marco de credibilidad al sector, además de incentivar la implementación de una política nacional coherente y unánime en todas la provincias involucradas”, manifiesta.

Sin precedentes

La APPMA es una entidad constituida por especialistas y trabajadores de los sectores petrolero y minero que no tiene precedentes en el país. A decir de Casarin, surgió como consecuencia del interés de un grupo de personas que venían desempeñándose en una y otra industria extractiva, quienes tomaron debida cuenta de sus grandes similitudes. “Sucede que ambas tienen como objeto la exploración y explotación de recursos naturales no renovables para la producción energética. A lo que se suma que en los últimos años hemos ingresado en un período clave para la Argentina, signado por una gran demanda de energía y de minerales destinados al desarrollo industrial, por lo que creímos conveniente fundar una organización como ésta”, explica.
Creada en 2011, la APPMA posee varias metas o finalidades, que básicamente pueden agruparse en dos: fomentar la formación del profesional (dado que en estos días se observa un claro déficit en cuanto a la capacitación de posgrado o sobreespecialización) y mejorar la representación (es decir, la inserción del trabajador en la sociedad, con la idea de participar de los grandes debates petroleros y mineros, en las cuestiones nacionales, en los tratamientos legislativos y en los ámbitos provinciales).
“Estamos brindando cursos de capacitación, realizando jornadas, auspiciando seminarios y promoviendo distintos tipos de eventos orientados a capacitar a la gente en lo que verdaderamente necesita, y no atendiendo a lo que una empresa pueda requerir de manera puntual”, enumera el directivo.
Adicionalmente, acota, las asociaciones que existían hasta la creación de la APPMA no se ocupaban de los asuntos de representación, sino que privilegiaban un enfoque académico y no se centraban en la difusión y defensa profesional. “Cuando se tratan temas relacionados con el petróleo y la minería, suele destacarse la presencia de representantes de otro tipo de agrupaciones (ecologistas, paisajísticas, comunidades aborígenes, etc.), y no de profesionales. Apuntamos a cambiar eso, porque creemos que los profesionales argentinos estamos formados para explicar o proponer qué puede hacerse en materia legislativa”, concluye.

Fuente: Revista Petroquimica

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