La minería ha recorrido un largo camino desde sus comienzos hasta la actualidad y cada dificultad la ha llevado a evolucionar. Alejada de los preconceptos, hoy es una actividad pujante que se desarrolla en todo el mundo y ha incorporado avances en tecnología, maquinaría y procesos. En nuestro país, emplea profesionales altamente capacitados y cuenta entre sus objetivos la sustentabilidad social y ambiental.
Somos conscientes de que incidentes, como los ocurridos recientemente, generan incertidumbre y llevan a malinterpretar el presente de la actividad. Los mismos también han encendido luces de alarma en la industria y conducido a cambios concretos. Dichos eventos han demostrado que necesitamos herramientas de control creíbles. En este sentido, desde la Cámara Argentina de Empresarios Mineros, hemos adherido a un programa internacional denominado “Hacia una Minería Sustentable”. Mediante el mismo, las empresas seguirán estándares de calidad. Y permitirá verificar que las compañías extranjeras cumplen en Argentina los mismos estándares que en sus países de origen. La iniciativa, además, impulsa instancias de control ciudadano. Estos procesos son esenciales para encarar la mejora permanente, fundamental dada la responsabilidad de la minería para el crecimiento del país. La importancia del sector como pilar productivo quedó demostrada a partir del Acuerdo Federal Minero, punto de partida para un diálogo maduro e informado. Del mismo, destacamos los puntos relacionados al desarrollo comunitario, en especial la integración con otras actividades productivas. Y aquellos tendientes a mejorar la gestión ambiental. Nuestro deseo, en el marco del AFM, es que así como tenemos que presentar la Declaración de Impacto Ambiental al iniciar un proyecto, también debamos presentar, de manera participativa e inclusiva, un Plan de Desarrollo Integral para las comunidades aledañas. Esto debería ser condición esencial para el inicio de cualquier proyecto.
Y por otra parte, mantenemos ciertas diferencias en cuanto al modelo fiscal, ya que sostenemos la conveniencia de un esquema progresivo con cánones basados en las utilidades de cada proyecto. Esto no significa pagar menos, sino diferente, para que haya más inversión y por ende más desarrollo.
Para que entendamos de qué hablamos cuando nos referimos a la minería, es el cuarto complejo exportador nacional (por detrás de los sectores oleaginosas, automotriz y cerealero). Y durante 2016 aportó a la Argentina 15.000 millones de dólares a través de tasas e impuestos. Es motor de desarrollo, de empleo y de una amplia cadena de valor. Siete de cada diez pesos generados por la minería quedan en el país en salarios, impuestos y compras a proveedores locales. Estas cifras, que muchos parecieran desconocer, son las que potencian la economía de provincias y municipios.
A pesar de estos datos, hay quienes piensan que la discusión minera no debe centrase en lo económico. Y tienen razón. La tarea más importante es dinamizar el desarrollo, especialmente donde los minerales son el principal recurso y se transforman en sustento para las familias y crecimiento para pueblos y ciudades.
Entonces, ¿por qué subsisten recelos hacia la actividad? Por un lado, por desconocimiento, por sostener una visión que se quedó en el paradigma antiguo de minería. Y por otro, porque la industria falló en dos cuestiones básicas: información y diálogo.
De mis años de experiencia trabajando en procesos de paz de Latinoamérica, especialmente en Colombia, comprendí que las posturas supuestamente irreconciliables suelen ser falsas oposiciones, nacidas de la incomprensión. Necesitamos la mirada crítica de las ONG y el control celoso de los ciudadanos, ya que nos ayudan a ser cada día más responsables. Solo esperamos que se den con espíritu constructivo a favor de la misma sociedad. Nuestro compromiso sigue siendo férreo en dialogar y hacer cada día mejor las cosas. Conociéndonos, se construirá confianza entre Estado, empresas y comunidades. La inclusión posibilitará que las comunidades puedan, por ejemplo, opinar sobre el destino que se da a los recursos provenientes de la minería. En pos del desarrollo, se deben tender puentes de diálogo, respeto y humildad. Ese es el significado real de minería sustentable, responsable y transparente.
Marcelo Alvarez es presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros.
Fuente: Diario Clarín
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