Neuquen

Neuquén: Quieren recuperar el trabajo de los pirquineros

Se trata de la minería metalífera a pequeña escala traída de Chile.

Neuquén. Andacollo está en la búsqueda de revalorizar la actividad de la minería metalífera a escala artesanal. “Los pirquineros formaron parte esencial de los orígenes de este pueblo”, enfatizó el intendente Ariel Aravena, a la cabeza de la iniciativa.

“Las bases fundacionales de Andacollo están muy ligadas a la minería. En algún momento entre las décadas del 30 al 40, en Buenos Aires se hablaba de la ‘California argentina’ al norte de la provincia del Neuquén, y puntualmente en nuestra localidad, por el importante auge de la minería. Con el tiempo hemos tenido idas y venidas con la minería, pero hoy, por ejemplo, nos encuentra en una situación muy positiva”, agregó el jefe comunal.

“Nuestro nombre de Andacollo tiene su origen en el Andacollo de Chile, también un pueblo minero desde donde vinieron los primeros pobladores y trajeron una imagen de Nuestra Señora del Rosario de Andacollo, y en honor a ella fundaron o refundaron a nuestra comunidad”, recordó Aravena.

El intendente Aravena y dos expertos que ya no viven de la actividad, pero nunca dejaron de practicarla, se entusiasman.

“En nuestro pueblo todavía quedan algunos pirquineros que nos pueden contar la historia y transmitir con la experiencia ese oficio. Hoy estamos trabajando para revalorizarlo porque lejos de renegar de nuestra historia estamos orgullosos de nuestro pasado”, dijo.

“Se gana plata con este trabajo, solo hay que ponerle horas y esfuerzo. Queda oro por todas partes, al principio cuesta, pero una vez que se encuentra se orienta solo”. Juan san Martín Pirquinero (70) desde los 12 años en andacollo

Voces expertas

Juan Antonio Harasimovich, con 65 años a cuestas y habiendo aprendido el oficio de su papá cuando era tan solo un niño, contó cómo es el proceso de búsqueda y extracción del oro de manera artesanal.

“Lavar la tierra que hay arriba hasta llegar a un material que se llama manto y eso se va lavando con agua. Ahí se llega a la parte firme del suelo y es donde se queda el oro. Eso se pasa por un plato minero como se llama”, explicó.

Aquí es donde se produce la magia de la naturaleza y el trabajo del hombre, tal como demostraron los pirquineros en una labor para las fotografías. Parece fácil, pero es todo un arte. El procedimiento consiste en llenar el recipiente con el material que fue previamente “adelgazado”, se lo sumerge en el agua y se lo agita tantas veces como sea necesario. Finalmente el oro, al ser más denso que los fragmentos de piedras y de arena, se queda en el fondo del plato. Allí se produce la alegría y la satisfacción cuando sus ojos ven brillar los puntitos de oro.

“Otra de las maneras es pasarla por un canal que se llama canal de madera y, después, pasar también por el plato minero”, sostuvo Juan Antonio. Y agregó: “Esto es un laburo más o menos. Para sacar un gramo se tiene que trabajar una semana o dos, porque lavar la tierra no es cosa fácil”.

“El trabajo del lavadero, de la minería artesanal, era un trabajo muy sacrificado. Uno dejó la espalda ahí, pero nos sirvió para ayudar a nuestras familias mientras se pudo”, aseguró el antiguo pirquinero.

Por su lado, Juan San Martín contó: “Mi papá me enseñó de chico, después entré a trabajar a una empresa y lo dejé, pero lo hago a veces para no perder la costumbre. Ya estamos medio viejos para trabajar”. A este pirquinero experto algunos días se lo puede ver en las aguas del arroyo El Torreón despuntando la pasión del trabajo que antaño le ayudó a mantener a su familia. “Hoy tengo 70 años, y a los 12 años comencé a desarrollar esta tarea junto a mi papá, Rogelio, y con los años pude criar a mi familia con este oficio”, le dijo a LM Neuquén.

Luego expresó su ilusión sobre un rebrote de la actividad en la localidad norteña. “Sería muy buena idea para la juventud que hay ahora, aunque le hacen poco”, dijo Juan.

“No es fácil, hay que estar, pero una vez que se le toma la mano, después uno se acostumbra. En mi caso, le he puesto horas y horas y lo voy a hacer hasta que pueda porque me gusta”, sostuvo. Juan comentó que con los años se adquiere experiencia y se puede trabajar entonces en las vetas de oro o en las minas.

“La tierra es rica, hay que agacharse y agarrar una pala, un picador y el plato minero, y una buena barreta y un martillo por si hay una piedra grande, y ponerse a buscar oro. Acá sirve la fuerza y ser constante y muy paciente”, describió Juan el trabajo del pirquinero.

“No hay que tener envidia. Porque si usted tiene envidia, no gana nada y pierde su propia voluntad”, advirtió sin dejar de agitar el plato, en cuclillas al borde del río, con la esperanza de “pescar” algo.

El rol de las mujeres en la minería artesanal, la identidad perdida y los trabajos con estabilidad como alternativa

Las mujeres de oro

Hay mujeres que han hecho historia y que han sido pioneras en la minería, en la búsqueda artesanal del oro en el norte neuquino y puntualmente en Andacollo. También desde la Municipalidad van a trabajar mucho para reconocer y poner en valor la figura de Filomena Castillo, una de las primeras mujeres mineras del pueblo. El reconocimiento busca que las jóvenes de la localidad se interesen por seguir los pasos de la precursora.

Hay mujeres que han hecho historia y que han sido pioneras en la minería, en la búsqueda artesanal del oro en el norte neuquino y puntualmente en Andacollo. También desde la Municipalidad van a trabajar mucho para reconocer y poner en valor la figura de Filomena Castillo, una de las primeras mujeres mineras del pueblo. El reconocimiento busca que las jóvenes de la localidad se interesen por seguir los pasos de la precursora.

Recuperar la identidad

En el recorrido de la costanera de Andacollo hay un antiguo lavadero de oro donde los pirquineros realizaban trabajos. Según el intendente Aravena, la idea es identificar este lugar con cartelería o simular a través de estatuas o imágenes cómo se sacaba y se lavaba el oro de manera artesanal. Primero para que la gente del lugar, los niños y jóvenes, no pierdan de vista cuál es su identidad y también para el turismo para quienes van de vista.

Del río a un trabajo seguro

Juan Antonio Harasimovich contó a LM neuquén que él ayudó a su padre Teodoro allá por la década del 60. “Antes había que trabajar mucho y después empezó a haber otros trabajos y esto se abandonó poco a poco. No lo hice más porque conseguí un trabajo seguro y estable”, recordó. La historia de Juan Antonio en este aspecto es similar a la de otros pirquineros de su época. “Se vivía de esto, cuando era chico trabajé a la par de mi papá”, aseguró.

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