Minería

Petróleo y minería, con la mejor evolución del salario; gastronómicos, la peor

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Un estudio abarcó la evolución real de los sueldos privados registrados entre enero de 1996 y junio de 2021. Período que incluye la fase de la convertibilidad, la recuperación posterior, como el estancamiento de 2011 a 2018. Contiene la depresión de ese año profundizada por la pandemia en 2020 y los primeros meses de la recuperación económica iniciada a mediados de 2020.


Los mejores salarios en los últimos 25 años fueron pagados para el trabajo de petroleros y mineros. Allí se abonaron remuneraciones 5 y hasta 6 veces superiores a las ramas de menores salarios, según reveló un informe del ministerio de Desarrollo Productivo. Además del realce para dichos rubros industriales, el relevamiento ponderó que “todas las ramas excepto construcción, hoteles/restaurantes, transporte y comunicaciones tuvieron al menos 3 etapas de aumentos salariales, con una suba real, de punta a punta, entre 1996 y 2021”. Además de minería y petróleo, los trabajos en electricidad, gas y agua, finanzas y pesca fueron también rubros líderes en remuneraciones.


El fantasma del descenso


La mayoría de las actividades relevadas alcanzaron su pico salarial entre 2013 y 2017, sin perjuicio de que entre 2015 y 2017 los salarios fueron disminuyendo, afectados por la crisis macroeconómica que incluyó las sucesivas devaluaciones del peso a partir de 2018 y la reciente pandemia desde marzo de 2020. El coronavirus tuvo el mayor impacto económico para la actividad de hoteles y restaurantes. Un fenómeno que aconteció en todo el mundo y generó una caída que arrastró al salario real promedio gastronómico actual, a punto tal de que el mismo sea inferior al de 1996 y el menor de toda la economía formal argentina.


“Durante los últimos 25 años, la economía argentina atravesó ciclos de auge y recesión, transformaciones en la estructura productiva e importantes giros en la orientación de las políticas macroeconómicas, sociales y laborales”, consignó el paper. Entre otras referencias a la historia reciente, destacaron que resalta un largo estancamiento entre 2011 y 2018, con cambios relevantes en la orientación de las políticas públicas desde fines de 2015, una marcada depresión, a partir de la crisis cambiaria desde abril de 2018, profundizada además por el Covid y una etapa de incipiente recuperación económica desde mediados de 2020.


Fenómeno que atribuyen al cambio de las políticas económicas, laborales y productivas. “En el largo plazo, la dinámica salarial estuvo asociada a la de la actividad económica, aunque con desvíos”. No obstante esta tendencia, el comportamiento salarial no siempre fue homogéneo entre los distintos sectores productivos, “lo cual obedece tanto a dinámicas propias de la actividad sectorial, reacomodamiento de precios relativos, regulaciones del mercado laboral, por ejemplo, en lo que concierne al salario mínimo, cuyo efecto es mayor en las ramas de menores salarios relativos y características de la relación entre gremiales empresarias y sindicales de cada rama”.

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