Minería

“Trabajar en minería es un cambio hermoso de la vida”

La historia de una trabajadora minera de Santa Rosa de los Pastos Grandes. Es empleada en uno de los proyectos de litio más avanzados de la provincia.

Desde uno de los proyectos más avanzados para la producción de litio en la provincia surge la historia de una mujer nacida en la Puna salteña, quien vio en la minería una oportunidad para llevar adelante sus sueños.

“Comenzar a trabajar en minería fue un cambio hermoso de la vida”, contó Rosa Quispe quien con 31 años de edad y con cuatro hijos (de 13, 11, 7 y 4 años) ingresó a trabajar en la planta del Proyecto Pastos Grandes, ubicado en el salar homónimo.

Rosa nació en San Antonio de los Cobres y vivió en casa de sus padres, Santos y Alejandrina, hasta los 21, junto a sus cinco hermanos. En el municipio cabecera del departamento Los Andes cursó la primaria, parte de la secundaria. “De mis padres tomé el ejemplo del trabajo, la dedicación y el empeño”, quiso destacar para esta nota.

Se fue de San Antonio cuando nació su primera hija y se radicó en la pequeña localidad de Santa Rosa de los Pastos Grandes.

Para superar todas las dificultades que presentaba su condición social y educativa, tomó toda capacitación que llegaba hasta la Puna, porque su objetivo era trabajar. Así terminó el secundario para, también, inspirar a sus hijos a estudiar.

En 2019, Rosa obtuvo el puesto de preceptora en el colegio del pueblo puneño. Y fue por ese año cuando conoció a la empresa Proyecto Pastos Grandes, a través de las actividades que la minera realizaba con la comunidad.

“¿Puedo trabajar con ustedes?”, se animó a preguntar a un directivo de la empresa. El desafío nuevamente era superar la falta de conocimientos de una actividad ajena a su cotidianidad, pero como dice Rosa “nadie nace sabiendo”.

A la predisposición le siguió una prueba básica en la empresa y así ingresó como aprendiz de la planta piloto de litio desde hace 6 meses.

“Es una experiencia muy linda, es un trabajo bueno, abre expectativas para conocer más y tener oportunidades de ascenso”, no se cansa de repetir la joven minera.

Afirma que nunca pensó que iba a ingresar a una empresa de este rubro, que podía ser auxiliar de planta y trabajar en la primera producción de litio. Orgullosa detalla su trabajo, se entusiasma y cuenta que purifica la salmuera con equipamiento que aprendió a utilizar.

“Somos dos mujeres en la planta piloto, seguro seremos más. No tengan miedo a la minería, se aprende mucho”, alentó Rosa.

“Rosita siempre tiene una sonrisa. En su trabajo es metódica y diligente. Además aprendió muy rápido y siempre está dispuesta a tomar cada capacitación para lograr un resultado superior. Ella es un orgullo para las mujeres de la empresa y un ejemplo de crecimiento constante”, destacaron, en tanto, desde la minera.

Fuente: el tribuno

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