Seguridad, liquidez y rendimientos son los tres principios en los que se basan los bancos centrales para elegir los activos que forman parte de sus reservas.
La crisis originada por el Covid-19 ha provocado un deterioro sin precedentes de los mercados financieros y ha confirmado el importante papel del oro en las reservas de los bancos centrales.
El informe ‘El oro y la gestión de las reservas por parte de los bancos centrales durante la pandemia de Covid-19’, publicado estos días por el Consejo Mundial del Oro, pone de relieve la importancia que tiene el metal precioso para el llamado sector oficial.
Según el informe, “tradicionalmente, activos como los bonos del Tesoro o los bonos soberanos del G-10representan la mayor parte de las carteras de las reservas de los bancos centrales. Pero el oro también está muy presente, y una de las principales razones es que mejora el rendimiento de los demás activosen situaciones de estrés del mercado”.
En efecto, según el Consejo Mundial del Oro, el metal precioso ha generado importantes rendimientos en lo que llevamos de año, incrementando su valor en un 10,91% entre el 1 de enero y el 17 de abril.
“Sin embargo –advierte el informe–, aunque la práctica totalidad de los bancos centrales cuenta con oro, la mayoría apenas tiene un pequeño porcentaje, especialmente las economías emergentes. El reciente comportamiento del mercado aconseja una reevaluación del papel del oro en comparación con otros activos tradicionales de reserva”.
Para ello, el Consejo Mundial ha evaluado cómo diferentes porcentajes de oro habrían afectado a la revalorización de las reservas de los bancos centrales en esta crisis.
Para realizar este análisis, han establecido tres tipos de carteras de reservas de los bancos centrales: una sin oro, otra con un 5% y una tercera con un 10%. El periodo analizado va desde el 1 de enero al 17 de abril e incluye acontecimientos como los informes iniciales del virus de Wuhan, el cierre nacional de China, la reacción financiera y la subsiguiente expansión del virus por todo el mundo.
Las conclusiones del estudio son claras: la cartera de reservas que no incluía oro se revalorizó un 1,07%; la que tenía el 5% de oro, lo hizo en un 1,53%; y la del 10% de oro, en un 2,00%.
Además, se ha comprobado que la introducción de oro apenas alteró las variables de volatilidad en las carteras de reservas.
La conclusión, por tanto, es que la introducción de oro en las carteras ha mejorado su revalorización. “La crisis económica, social y financiera derivada de la pandemia de Covid-19 va a continuar durante un periodo de tiempo prolongado. Resulta imposible predecir el camino exacto que van a seguir los mercados financieros durante este periodo, pero lo cierto es que el oro ha reaccionado de manera previsible hasta ahora, preservando el valor y proporcionando estabilidad financiera en plena crisis del resto de activos (…). Ahora, como en crisis anteriores, el oro sigue siendo un activo de reserva indispensable para los bancos centrales”, apunta el informe.
Fuente: oroinformacion.com
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