Hay estrictos controles de normas relacionadas con la seguridad y el medio ambiente. Advierten una escasez de personal capacitado para los proyectos de la puna salteña.
El crecimiento que tuvo la minería en la provincia y, más aún, las proyecciones de un inminente mayor desarrollo de la actividad obligan a un constante proceso de adaptación de las empresas locales que proveen servicios a las compañías extranjeras que invierten en el sector. La adquisición de tecnologías, la incorporación de nuevos procesos de administración y la capacitación de los recursos humanos son algunos de los elementos que tienen en cuenta las firmas salteñas para no quedarse detrás de la ola de oportunidades que ofrece el sector minero.
Entre esos puntos, el trabajador es clave para la evolución de las empresas.
“Es toda una adaptación que se va haciendo de a poco, cuando empieza la fase de exploración de los proyectos mineros y después cuando están en producción”, explicó a El Tribuno el titular de la Cámara de Proveedores de Empresas Mineras de Salta (Capemisa), Diego Pestaña.
“Las exigencias fundamentalmente son de seguridad, medio ambiente y de una cantidad de controles que hay en cuanto al cumplimiento de ciertas normas”, detalló el dirigente empresarial.
La entidad que preside tiene 190 empresas asociadas, donde trabajan alrededor de tres mil personas. A ellos debe sumarse los trabajadores contratados por las propias compañías mineras. Según los últimos datos de la Secretaría de Minería y Energía de la Provincia, el año pasado la explotación minera generó 3.302 puestos de empleo, casi el doble de lo que se registró en 2017.
“Las empresas, al principio, cuando no están acostumbradas a trabajar en minería les cuesta, pero una vez que los operarios se van acostumbrando, van conociendo la cultura minera, ya se vuelve algo normal, habitual y empiezan a reconocer los beneficios que tiene trabajar de esa manera”, comentó Pestaña.
Capacitación
El titular de la Cámara de Emprendedores reconoció que existe un déficit en cuanto a la cantidad de personal capacitado para los trabajos en los campamentos mineros.
“El Gobierno creó una tecnicatura en Campo Quijano y están haciendo otra con la UNSa en San Antonio de los Cobres, pero se avanza en temas que no están tan cercanos a la realidad y necesidad que se vive en el corto plazo, que son básicamente operadores de maquinarias, ayudantes y topógrafos, entre otros”, dijo Diego Pestaña.
“El costo que tiene para las empresas no tener gente capacitada es que se producen roturas, daños por mal uso y eso es extremadamente caro. Cuando una obra se inicia los tiempos son muy cortos, es ahí cuando las empresas no tienen gente preparada para trabajar y empiezan los problemas del recurso humano”, agregó el emprendedor.
Aclaró que la primera opción que se plantean las contratistas que prestan servicios en la puna es tener personal de esa región.
“No hay persona más adaptada y capacitada para trabajar en la puna que la gente que vivió siempre allá. Esto es por las condiciones de altura, viento, clima, soledad, que a ellos no le genera un problema y cuando es gente que no está acostumbrada hay mucha rotación. El foco que tenemos es tratar de capacitar gente que sea de la zona”, concluyó.
Fuente: El Tribuno
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