El litio es uno de los recursos que más interés despierta en el mundo. Es el más liviano de todos los metales. Tiene un alto grado de adaptación a distintos tamaños, diseños y formas. Como es un excelente almacenador de energía, se lo considera un “aliado” frente al cambio climático. Y es un insumo clave para la fabricación de baterías varias, para celulares, computadoras portátiles y vehículos eléctricos.
Es tan importante que los científicos John Goodenough, Stanley Whittingham y Akira Yoshino acaban de ganar el Premio Nobel de Química por el desarrollo de las baterías de ion de litio. Y el mercado de este metal es uno de los más pujantes del siglo XXI, por lo que algunos lo llaman “mineral maravilla” u “oro blanco”.
En la región, el litio se encuentra esencialmente en la Argentina, Bolivia y Chile, países que conforman el “Triángulo del Cono Sur del Litio”, dentro del cual se concentra del 75% al 85% de las reservas mundiales de este recurso, según datos de la Fundación para el Desarrollo de la Minería Argentina (Fundamin) del 2012.
Según datos publicados en febrero por el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), la Argentina se ubica en la cuarta posición en la producción mundial de litio, por detrás de Australia, Chile y China.
Pero el país quiere ir por más. “Argentina tiene potencial para convertirse en el principal productor mundial de carbonato de litio”, concluyó el informe “Litio en la Argentina”, presentado en febrero por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación.
“No solo las condiciones naturales parecen beneficiar a la Argentina, sino que el marco normativo es, en relación a sus vecinos del triángulo, particularmente favorable para la llegada de inversiones orientadas a la explotación de los salares”, continúa el informe oficial.
En nuestro país, la fiebre del litio abarca un amplio territorio. En concreto, los recursos de este metal en salares argentinos están distribuidos en las provincias de Salta (41%), Jujuy (37%) y Catamarca (22%).
En otros lugares del mundo se extrae de una roca, pero en la Puna emerge de un lago de salmuera. Por eso, es mucho más económico el que se encuentra en esta región. Y la Argentina cuenta con ventaja, ya que el litio es de alta concentración y con pocas impurezas. Eso es provocado por el ingreso de manantiales hidrotermales que agregan litio al salar y al reservorio de salmuera.
El tema se instaló en la agenda política. “En Salta, el litio va a ser una de las grandes posibilidades de expansión, que respeta todos los criterios medioambientales y de licencia social que desde el Gobierno nacional proponemos”, dijo el ministro de Producción y Trabajo de la Nación, Dante Sica, quien encabezó la Mesa de Minería y Litio en esa provincia, en agosto.
Al mes siguiente, el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, informó la inversión de 180 millones de dólares de Lithium Américas y Ganfeng Lithium en el proyecto Cauchari-Olaroz, en la Puna jujeña, “que permitirá la producción de 42.000 toneladas de carbonato de litio en 2021”, estimó.
“Sabemos que están exportando a Europa, Estados Unidos y Asia, trabajando con la mentalidad abierta al mundo y eso es lo que queremos, la inserción de Jujuy”, dijo Morales, según lo difundido por la agencia de noticias Télam. Y agregó que en los próximos años, “habrá una mayor demanda de baterías de litio” de la mano de los cambios en el transporte mundial.
Sin embargo, el tema genera situaciones de conflicto entre empresas mineras, Estados y poblaciones locales. Este martes, miles de personas se concentraron en la ciudad boliviana de Potosí para protestar contra los acuerdos para la explotación e industrialización de yacimientos de litio. Solicitaron que se anulen los contratos con la firma alemana Acisa y la china Xinjian TBEA Group.
También hay críticas de organizaciones ambientalistas. “El litio está en los salares de altura de la región de la Puna, a más de 3000 metros sobre el nivel del mar, en ecosistemas considerados frágiles y con escasez hídrica”, indicó la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) en un comunicado.
“Son muy pocos los estudios que han analizado en profundidad los impactos de la extracción de litio en las fuentes de agua de las regiones áridas en que se encuentra este mineral”, sigue la FARN, que considera “de vital importancia” discutir “los aspectos generalmente ignorados de la cuestión del litio, esto es, los impactos ambientales vinculados a su extracción”.
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