El aumento que registró el precio del oro entre diciembre de 2019 y el mismo mes de 2020 ha permitido un aumento del número de pequeños yacimientos descubiertos. El hecho de que el oro sea más caro permite que estos pequeños yacimientos puedan ser explotados de forma económicamente rentable.
En momentos de bajada del precio del metal, las mineras se ven obligadas a clausurar algunas explotaciones debido a que los costes operativos superan el umbral de rentabilidad.
Según un reciente informe de S&P Global Market Intelligence, entre los años 1990 y 2020 se descubrieron un total de 329 yacimientos de oro, que contienen alrededor de 2.580 millones de onzas (80.247 Tm), incluyendo reservas, recursos y producción ya extraída.
El informe revela que la subida del precio ‘fixing’ del oro de la London Bullion Market Association (LBMA)entre diciembre de 2019 (1.482 dólares la onza) y diciembre de 2020 (1.860 dólares la onza) ha propiciado que el número de pequeños yacimientos descubiertos se haya incrementado de forma significativa.
Así, en la última revisión de S&P Global Market Intelligence de 2021, el número de pequeños yacimientos contabilizados ha pasado de 78 a 90 nuevos yacimientos, cada uno de ellos con unas reservas de entre 2 y 3 millones de onzas de oro (62,2-93,3 Tm).
La mayoría de estos yacimientos son antiguos, con tan solo unos pocos descubiertos durante la última década.
Desde la consultora ya habían alertado, en anteriores informes, sobre la progresiva reducción de la cifra anual de nuevos yacimientos de oro descubiertos. A pesar del aumento registrado este año, la tendencia sigue siendo descendente: solo 29 de los 329 yacimientos incluidos en el análisis se descubrieron durante la pasada década, y contienen solo 208 millones de onzas (6.470 Tm), un 8% de todo el oro descubierto desde 1990.
“Aunque creemos que el rápido declive refleja la falta de descubrimiento y exploración de nuevos yacimientos significativos, una parte de él refleja la falta de inversión en exploración, necesaria para incrementar el fondo de nuevos depósitos”, advierte el informe.
Esta relevante falta de nuevos descubrimientos durante la pasada década es el resultado de la estrategia de las compañías mineras de centrarse en los activos más avanzados y en los yacimientos conocidos, en vez de buscar nuevos depósitos.
En efecto, las cifras del informe constatan que el porcentaje de los presupuestos de exploración de oro dedicados a los nuevos descubrimientos se ha reducido a la mitad desde la década de 1990.
“Tanto las compañías dedicadas a la exploración como las mineras han cambiado su objetivo de inversión, con las compañías más pequeñas centrándose en la expansión de los depósitos conocidos, mientras los productores han fijado como objetivo la exploración en torno a sus operaciones actuales. Aunque se han producido algunos descubrimientos importantes en proyectos que se encuentran en su última fase o en minas ya existentes, las posibilidades de realizar estos descubrimientos son una empresa menos arriesgada que en los proyectos recién iniciados”, apuntan desde S&P Global Market Intelligence.
Por regiones, aunque África (especialmente la parte occidental) y Asia-Pacífico (Australia, sobre todo) albergan la mayor parte del oro descubierto durante la pasada década, la distribución global es bastante equitativa en cuanto a regiones, en especial si se compara con la de otros metales como el cobre, especialmente presente en Sudamérica.
Declive de la producción
La investigación de la consultora concluye señalando que la producción global de oro tenderá a declinar a partir del año 2024 en adelante, debido a la falta de activos de calidad que desarrollar.
Cerca de la mitad (156) de los descubrimientos incluidos en este análisis todavía no están en producción y solo 35 de ellos cuentan con unas reservas superiores a 10 millones de onzas (311 Tm), que aseguren una producción anual de unas 200.000 onzas (6,2 Tm) de oro durante una vida útil significativa.
Incluso éstos tienen ante sí un largo camino (estudios de viabilidad y permisos) antes de alcanzar la fase de producción, lo que impide que vayan a tener un impacto a corto o medio plazo en la producción.
“Se necesita una mayor inversión por parte de la industria a todos los niveles de la producción, desde la exploración de nuevos proyectos y la localización de yacimientos de mayor calidad, a la necesidad de disponer de fondos para la construcción. Solo eso evitará las reducciones del suministro de oro que se van a registrar en los próximos cinco a diez años”, concluye el informe.
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