San Juan

Las comunidades definieron los principales retos de la mineria

Quedaron plasmados en los Planes Estratégicos de Desarrollo Local de tres comunas con alto potencial minero: Calingasta, Iglesia y Jáchal. Esta planificación se enmarca en el Plan San Juan 2030 que viene elaborando el Gobierno de San Juan.

Estos Planes Estratégicos de Desarrollo Local (PEDL) intentan articular de manera participativa, las potencialidades y desafíos de cada departamento, y son una herramienta fundamental para el desarrollo socioeconómico. Para la elaboración de los Planes hay instancias de participación ciudadana y, tras el diálogo y consenso, se priorizan propuestas tanto en el ámbito social, educativo y productivo, con la intención de que se transformen en proyectos para ser ejecutados.

Con la mirada puesta en el año 2030, en los tres departamentos también se definieron los principales aspectos relativos a la industria minera. El texto a continuación fue extraído de los documentos que constan de más de 400 páginas por cada departamento.

La visión calingastina

En el caso de las empresas y emprendedores locales, si bien presentan cualidades de “minería artesanal” o a pequeña escala, constituyen una actividad de gran potencial para el desarrollo local de los departamentos. En este sentido, el apoyo del gobierno en sus distintas instancias juega un papel clave, principalmente en términos de financiamiento y comercialización.

Se plantea la inexistencia de parques industriales o terrenos destinados a la instalación de empresas, como así también de infraestructura con dicho destino.

Se habló de la ausencia de sustentabilidad en el desarrollo de la actividad minera y destacaron que el principal problema con respecto a la presencia de Minería No Metalífera (sulfato de aluminio y magnesio) es que no existen buenos caminos y debido a la distancia se hace necesario contratar fletes. Pusieron énfasis en la necesaria inversión en infraestructura para caminos, rutas, fletes, para poder conseguir el desarrollo de esta actividad económica.

La comunidad sostuvo que hay que “aprovechar bien los recursos porque no es sustentable y el beneficio en desarrollo para nuestro departamento es insuficiente. El turismo y la minería están divorciados. El departamento tiene el rótulo de departamento minero y eso afecta el turismo”. Además, en el documento señalan que es necesario prever que el dinero que se recibe de la minería quede en el departamento y que se mejoren los caminos mineros para el turismo.

De acuerdo con los aportes realizados por las comunidades, se apuntan como desafíos para la actividad minera:

– Desarrollo de proveedores locales de bienes y servicios mineros

– Formación en oficios y capacitación técnica de la mano de obra local

– Desarrollo y apertura de canales de comercialización

– Mayor accesibilidad a créditos para la pequeña y mediana minería

– Mayor impulso de políticas de sostenibilidad ambiental

– Desarrollo de la Actividad Minera Artesanal: necesidad de formalizar las actividades y dotarlas de mejoras tecnológicas en sus procesos que contribuyan a una mayor viabilidad y rentabilidad de las actividades mineras. Desarrollar productos de alfarería, bisutería u orfebrería que permitan consolidar la identidad cultural local del departamento

– Fortalecer las habilidades de gestión del negocio

– Desarrollo de la Industria en Joyería

– Mesas de Comunicación y Articulación Público – Privadas

Qué dijeron en Iglesia

En el caso de los pequeños productores, se destacó que el principal desafío que deben enfrentar radica en la dificultad de acceder a un mercado de destino para sus productos. También se destacó la limitación respecto de la accesibilidad y mantenimiento de las huellas mineras y la necesidad de crear un parque industrial, en forma conjunta con la instalación de una planta de procesamiento y fábricas para la prestación de servicios mineros.

No existe actualmente en el departamento una alternativa de desarrollo distinta a la minería. Se percibe que desde el Gobierno se apunta mayoritariamente al desarrollo de esta actividad y luego es la minería la que debe impulsar las otras actividades. De esta forma, todo depende de la minería cuando no debería ser así. Debería impulsarse otras actividades como la agricultura, producción de semillas y turismo.

La relación entre turismo y minería está mal manejada. Existe demasiado hermetismo en torno a la actividad al punto que no se pueden hacer visitas turísticas a la mina y sus inmediaciones. Esta relación podría ser explotada ofreciendo al turista una propuesta de producto turístico que incluya explicación sobre la historia de la actividad, los procesos actuales y visita a la mina.

Incentivos para que mayor cantidad de empresas que prestan servicios a la minería se instalen en Iglesia, pero que no compitan con empresas locales.

Se podría estudiar un poder comprador del Estado del producto como los concentrados, como lo hacía antiguamente el Banco de Desarrollo o como ENAMI chileno. Mantenimiento de las huellas mineras de doble propósito, como el fácil acceso a los puesteros para comercializar sus productos. En lo relativo al mantenimiento de huellas mineras, tener en cuenta el uso turístico que se les puede dar y la necesidad de regulación para la preservación del medioambiente.

Por último, para crear un marco de desarrollo sostenible de la cadena de valor minera, resulta imprescindible trabajar en la mejora de los controles medioambientales preventivos y de monitoreo.

– Incorporación de mano de obra local

– Contratación de proveedores locales de bienes y servicios mineros

– Accesibilidad a asistencia técnica y fuentes de financiamiento para la micro, pequeña y mediana minería y para otros actores de la cadena de valor

– Mejora de la comunicación público – privada.

– Mejora de los controles pertinentes e incremento de acciones destinadas a la prevención de accidentes medioambientales.

– Desarrollo de la Micro, Pequeña y Mediana Minería

– Mesas de Comunicación y Articulación Público – Privadas

Los jachalleros opinaron

Se habló sobre la presencia de la minería en el departamento y la ausencia de políticas del Estado para solucionar la problemática de la calidad del agua. Fue destacado el riesgo que existe en la explotación de nuevos recursos mineros como el Uranio, y la necesidad de un pronunciamiento o decisión ciudadana sobre la conveniencia o no de autorizarlo.

Se apuntan como desafíos para la actividad minera:

– Desarrollo de proveedores locales de bienes y servicios mineros

– Desarrollo y apertura de canales de comercialización para la pequeña y mediana minería

– Mejora en los controles ambientales y difusión de los mismos

– Mayor accesibilidad a créditos y financiación blanda para pequeños y medianos productores y otros actores de la cadena de valor

– Desarrollo de mano de obra local, la principal limitación en torno a esta temática se debe al insuficiente nivel de capacitación del capital humano en relación con los requerimientos de las empresas del sector.

– Impulso de la Actividad Minera Artesanal

– Desarrollo de Canales de Comercialización

– Mesas de Gestión: resulta de vital importancia mejorar los procesos comunicativos y de articulación entre los actores de la cadena de valor minera y entre estos y la ciudadanía. Mesas Sectoriales y Mesas de Concertación.

 

FUENTE: camaraminerasj.com.a

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