San Juan

Mujeres en la industria minera: cómo trabaja el sector para acortar la brecha de género en Argentina

Mujeres minera

Cada vez son más las mujeres que se animan a capacitarse para formar parte de la industria. Tres historias de vida que muestran cómo se puede salir adelante y acortar la brecha de género.

Magalí Pérez sube dos escaleras para mostrar cómo funciona el camión CAT que opera desde hace dos años en la mina de Veladero, provincia de San Juan. Trabaja 14 x 14, siete jornadas de día, siete de noche, por lo que tiene que dejar a sus dos hijos al cuidado de sus padres en la localidad de Iglesia.

En el Día de la Mujer, a 4700 metros de altura y bajo un intenso sol de verano que no evitar llevar puesta campera de invierno, Magali contará a Economía Sustentable que tuvo “suerte” de haber entrado a la empresa. Mandó su currículum ni bien abrió la inscripción al curso de “Operadores de camión fuera de ruta” y luego de varios meses de capacitación logró ser parte del equipo.

El curso se trata de una iniciativa que promueven desde la minera Veladero -empresa que pertenece 50% a la canadiense Barrick Gold y 50% a la china Shandong Gold- donde buscan fortalecer el rol de la mujer en la industria minera. Así, en las primeras dos ediciones, formaron parte 41 participantes mientras que en la tercera edición llevada a cabo a fines de 2022 se capacitaron a 22 mujeres más.

“Sabía en dónde me metía porque había visto los camiones, me intrigaba mucho saber cómo eran y poder operarlos. Quiero llegar algún día a poder operar algún otro equipo como la pala”, dice la conductora, mientras señala una especie de topadora que invita a levantar la cabeza para poder ver dónde termina.

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En la actualidad, Magalí forma parte del “Grupo 3″ de operaciones y admite que se formó un buen quipo de trabajo que hace más llevadera la estadía lejos de casa. Dice también que sus hijos están “orgullosos” del trabajo que hace su mamá, a pesar de la distancia que debe sortear durante su jornada laboral.

Llegar a formar parte de una minera no es fácil, más siendo mujer. Magalí tuvo que atravesar muchas barreras: desde el prejuicio de ser mujer en “un lugar de hombres”, el miedo de sus padres al verla manejar esos camiones gigantes hasta sortear su propio de tener que dejar a sus hijos y venirse “tan lejos de ellos”.

Sin embargo, admite que la satisfacción de estar arriba del equipo y saber que lo que uno está haciendo es lo que le gusta, hace todo más fácil. “Esto me permitió avanzar mucho en mi situación económica, me permite también ayudar a mi familia y a mis hijos que tienen 14 y nueve años. Me gustaría también poder seguir estudiando, hacer cursos, porque me está abriendo muchas puertas”, afirma entusiasmada.

Pionera en la industria minera

Romina Illanes también trabaja en el sector minero hace ya más de 20 años y sostiene que la industria “le cambió la vida”. Tiene 44 años y es propietaria de Grupo Fe&Ro, empresa que creó junto a su hermana Fernanda, donde brindan servicios de mantenimiento edilicio de los campamentos bajos de la mina, y a la vez hacen de apoyo a todas las empresas dentro de Veladero. “Somos como los bomberos, digamos. Nuestro personal al tener diferentes oficios, todos calificados y certificados, podemos a su vez prestar auxilio donde nos piden”, explica.

A fines de los 90’, las vicisitudes de la vida hicieron que los padres de Romina no pudieran darle la posibilidad de estudiar una carrera, por lo que tuvo que salir a trabajar para sustentar a sus cuatro hermanos y sus padres. “Comencé sin saber nada a trabajar en una empresa que tercerizaba un servicio para la minera, así que conozco Veladero desde el principio. Fui una de las primeras mujeres que tuvo la oportunidad de operar una planta de gasoil minero aéreo y desde entonces me sentí bastante insertada, con sentido de pertenencia”, cuenta.

 “La industria llegó para cambiarnos la vida -sostiene Romina-. Te da oportunidades, imaginate que empezamos a trabajar y, eso fue una bocanada de oxígeno muy fuerte para mi familia y desde ahí que no paré”, afirma emocionada.

Luego de unos años, Romina decidió armar su propia empresa, primero arrancó sub alquilando camionetas guía, con lo que sustentaba básicamente a toda su familia. “Y después empecé a golpear puertas, muy insistente, siempre -remarca- y empezamos en 2016 a prestar este servicio en Veladero. Actualmente trabajan 15 personas en la empresa, de las cuales 5 son mujeres, es decir, es una empresa liderada por mujeres”, explica.

Romina explica que el trabajo en la mina no es fácil pero con perseverancia pudo alcanzar el sueño de la casa propia. “Mis padres alquilaron toda la vida, y después de que mi hermano empezó a trabajar conmigo, pudimos darles una casa propia, que no es menor. También me permitió invertir en el futuro de mis hermanos gemelos más chicos, que por suerte están estudiando carreras universitarias elegidas por ellos”, dice con orgullo.

Apostar por los emprendimientos locales

Otra forma de apostar por la comunidad es fomentar emprendimientos que permitan luego generar puestos de trabajo y desarrollar el talento local. Como es el caso de Yanina Gladys que junto a su marido y sus tres hijos decidieron confeccionar lámparas artesanales con caños de PVC en el patio de su casa.

Para poder crecer, decidió sumarse al Programa de Incubadoras de Empresas de Mujeres en las comunidades que lleva a cabo la empresa Veladero en las localidades de Iglesia y Jáchal.

Así, el emprendimiento “Dulces sueños” fue seleccionado para ser parte del programa de incubadoras, donde ya la compañía apoyó a más de 60 iniciativas de diferentes rubros en tres años. Así, les otorgan las herramientas necesarias para poder crecer. “En 2022 nos dieron muchos materiales, por ejemplo, un torno que nos permitió producir a mayor escala y responder a la demanda de pedidos más rápido”, detalla Yanina mientras cuenta cómo fabrican las lámparas en su casa.

 “Ahora el desafío que tenemos es el tema de los envíos, que nos cuesta mucho. Aspiramos a poder brindar un mejor servicio en ese sentido y mandar a Buenos Aires, porque nos piden mucho y también soñamos con armar nuestro propio taller”, dice Yanina.

Camino a achicar la brecha

Desde Veladero explicaron que las mujeres hoy solo representan el 11% en la compañía, y que si bien admiten que “aún falta mucho”, quieren seguir apostando por achicar la brecha de género para 2023 y formar así mujeres líderes del futuro.

¿Por qué aún falta para que las mujeres sean parte de la industria? Para Romina, solo basta con que la mujer se anime. “Tiene que romper ese techo, eso de ser mirada de otra manera, de ser cuestionada. Las oportunidades para estudiar están dadas pero es verdad que es un tema también cultural. Mi papá siempre me decía ‘estudiá para maestra’”, recuerda la dueña de Grupo Fe&Ro.

En tanto, Magalí afirma que se siente feliz de ser parte del grupo de mujeres que trabaja en la mina “porque demostramos que las mujeres podemos salir adelante”. “Demostramos que somos valientes, que podemos lograr muchos objetivos si nos los proponemos y que todo se puede en la vida, que no por ser mujer tenemos que quedarnos quietas”, concluye.

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