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No hay suficiente cobre en el mundo, y la escasez podría durar hasta 2030

Cobre

La escasez de cobre inundará los mercados mundiales en 2023 y, según un analista, podría prolongarse durante el resto de la década.

El cobre es uno de los principales indicadores de la salud económica, y la contracción del metal rojo podría ser un indicador de que las presiones inflacionistas mundiales podrían empeorar y, por tanto, obligar a los bancos centrales a mantener su postura restrictiva durante más tiempo.

El mundo se enfrenta actualmente a una escasez global de cobre, alimentada por los flujos de suministro cada vez más difíciles en América del Sur y las mayores presiones por parte de la demanda.

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El cobre es uno de los principales indicadores de la salud económica por su incorporación a diversos usos, como equipos eléctricos y maquinaria industrial.
Una contracción del cobre podría ser un indicador de que las presiones inflacionistas mundiales empeorarán y, en consecuencia, obligarán a los bancos centrales a mantener su postura restrictiva durante más tiempo.

“Ya estamos pronosticando déficits importantes en el cobre hasta 2030”, dijo el Vicepresidente de Metales y Minería de Wood Mackenzie, Robin Griffin. Lo atribuyó en gran medida a los continuos disturbios en Perú y a la mayor demanda de cobre en la industria de transición energética.

“Cada vez que hay disturbios políticos, esto tiene toda una serie de efectos. Y el más obvio… es la posibilidad de que las explotaciones mineras tengan que cerrar”, añadió.

Disturbios en Perú

Perú se ha visto sacudido por las protestas desde que el ex Presidente Pedro Castillo fuera destituido en diciembre en un juicio político. El país sudamericano representa el 10% del suministro mundial de cobre.

La multinacional Glencore anunció el 20 de enero que suspendía las operaciones en su mina de cobre de Antapaccay, situada en Perú, después de que manifestantes saquearan e incendiaran sus instalaciones.

Además, Chile -el mayor productor mundial de cobre, que representa el 27% de la oferta mundial- registró en noviembre un descenso interanual del 7%.

Sin embargo, un observador del mercado advirtió que no había que dejarse llevar demasiado por los titulares.

“Es típico ver interrupciones y no creo que estemos viendo necesariamente más de lo normal”, dijo Timna Tanners, director gerente de Wolfe Research, que prevé que en 2023 se produzca un aumento de la actividad en varias minas nuevas.

Los futuros del cobre se establecieron el lunes en 4,035 dólares por libra, según datos de CME. El metal tocó un mínimo de 3,9930 dólares, su nivel más bajo desde el 10 de enero, cuando llegó a cotizar a 3,9875 dólares.

Haciendo frente a la escasez de cobre

La reapertura de China y el crecimiento de la industria automovilística y de transición energética han avivado la demanda del metal rojo, ejerciendo una mayor presión sobre los recursos de cobre.

“La reapertura de China tiene un gran impacto en el precio del cobre, ya que mejora sus perspectivas de demanda e impulsará aún más los precios del cobre debido a la escasez de oferta, en un contexto de transición hacia energías limpias que dificulta la extracción”, afirmó Tina Teng, analista de mercado de CMC Markets.

Se espera que la eliminación por parte de Beijing de las estrictas políticas de Covid cero acelere la recuperación económica del país, así como la reprimida demanda china. Los precios de las materias primas han registrado fuertes subidas desde diciembre, cuando China anunció sus planes de levantar una serie de medidas de Covid.

No obstante, Tanners, de Wolfe Research, dijo que no espera un “enorme repunte” de la actividad y el consumo de cobre a medida que China vuelva a la vida.
“El consumo de cobre en particular no se ralentizó en 2022. Las fábricas seguían funcionando, el estímulo gubernamental y la infraestructura seguían avanzando”, explicó.

Sin embargo, añadió que el fenómeno general de la electrificación será probablemente un motor fundamental para la demanda de cobre.

“Los vehículos eléctricos no pueden despegar antes de que exista la infraestructura de recarga, y la electrificación [que es] necesaria, es en realidad mucho más intensiva en cobre”.

Cobre para las nuevas tecnologías

El cobre ocupa un lugar destacado en las tecnologías relacionadas con la electricidad y, por extensión, en las propuestas de transición energética.

Según la Agencia Internacional de la Energía, las ventas de coches eléctricos se duplicaron con creces en 2021, hasta alcanzar los 16,5 millones de vehículos eléctricos en todo el mundo. Esto significa que el servicio de recarga de vehículos eléctricos tendrá que acelerarse.

“Hay un problema a largo plazo en torno al suministro de cobre en el sector de la transición energética, porque el crecimiento tanto en el sector de la automoción como en el de la transmisión va a ser enorme”, afirma Griffin, de Wood Mackenzie.